Monday, July 02, 2012

 

FORMING PLURALS


Saturday, October 15, 2005

 

Ferrocarril Central del Perú - La Ruta del Vertigo


Tren Turístico Lima – Huancayo - Lima

Día: Sábado 27 de Agosto de 2005-Lugar: Estación de Desamparados (Costado de Palacio de Gobierno)-Hora de Partida: 07:00 a.m. (Hora Exacta – Hora Inglesa). -LIMA 10Sep (KokiCelaya).-Como ya es una costumbre desde hace muchísimos años, la estación de Desamparados nuevamente se encumbró en lo más alto del turismo nacional, cuando aquél último sábado de Agosto, recibió la visita de decenas de turistas que pudieron gozar de un impactante viaje a través de la vía férrea más añorada y codiciada a nivel mundial: El Ferrocarril Central del Perú.Desde tempranas horas de la fría madrugada limeña, las calles que circundan Palacio de Gobierno volvían a lucirse de una característica diferente al de otros días, cuando ya muchos turistas formaban ya una pequeña cola en pos de llegar lo más antes posible a su respectivo coche y asiento reservado. Había que tener paciencia y calma, puesto que el convoy todavía no hacía su aparición en los andenes de la estación, y que luego de la orden respectiva del personal de la empresa, esta se realizaría ordenadamente.Conforme iba avanzando la hora, los clásicos taxis ya se hacían más consecutivos con la llegada de nuevos excursionistas. Eran momentos memorables para unos y para otros. Muchas personas llegadas especialmente para esta ocasión desde varias partes del mundo, ya contaban los minutos para hacerse una idea de lo que más tarde iban a experimentar. Otros, como los turistas nacionales, volvían a recordar otras épocas cuando el ferrocarril era administrado o dirigido por empresas como The Peruvian Corporation Ltd. (Inglesa) o la misma ENAFER S.A. (Peruana). Hoy es operado por Ferrocarril Central Andino S.A. de capitales mixtos.Esta vez el tren estaba compuesto por 1 locomotora General Electric de reciente adquisición (año 2002); por 5 coches, 4 con capacidad para 68 asientos c/u y uno con 44, este último en donde se ubica la cocina.La hora de la partida cada vez se acortaba, cuando a eso de las 06:30 a.m. se imparte la orden de abordaje, lo cual produjo un júbilo enorme dentro de los excursionistas. Poco a poco los pasajeros bajaban una rampa con dirección a sus respectivos coches que, boletos en mano lucían orgullosos; así como con sus coloridas vestimentas y cargando sus diferentes equipajes para la ocasión.Los coches se iban llenando de acuerdo a su capacidad y a su respectiva numeración. En cuestión de minutos todo quedaba listo para la histórica y exacta partida, no sin antes tener una breve charla toda la tripulación en caso de que se suceda algún incidente en el recorrido. Con los clásicos pitos de la locomotora se inició esta nueva travesía hacia los Andes Centrales del Perú. Cuatro agradables días de solaz esparcimiento y distracción nos esperaban en el corazón del Perú.La hora exacta de la partida del tren a Huancayo ya es harta y conocida. En mi reloj marcaban las 7 y cual adivino, se da inicio a esta nueva aventura hacia el Valle del Mantaro. No creo equivocarme que, me parece que fue el viaje No. 32 que realizo por tren entre Lima – Huancayo – Lima. Poco a poco el tren empezaba a desplazarse a una velocidad regular por encontrarse en una zona relativamente urbana, dejando a su paso un halo de alegría por cada distrito, por cada urbanización, por cada conjunto habitacional, por cada asentamiento humano, etc., que se ubican a ambos márgenes de la vía. Muchos moradores eran despertados por el fuerte discurrir de la bravía máquina que hacía su paso muy de temprano y a sus ensordecedores pitos de advertencia; otros, quizá, no salían de su asombro porque el servicio no es normal como hace años, sino que ahora e l tren sale eventualmente en los feriados largos. Ya estamos a 2 km de la partida, pero aún el clima continúa gris, monótono y anodino. Esto da motivo para que mozos y mozas del tren comiencen a actuar, porque es hora de desayunar. Prontamente los pasajeros gozan de ese apetecible alimento diurno, y la gran mayoría pide los clásicos mates de coca para asimilar los posibles embates del mal de altura: el soroche. Minutos después nos encontramos por Vitarte, km 26,5 -una zona industrial de Lima- y ya podemos divisar a la competencia: La Carretera Central, la otra vía que nos acompañó en todo nuestro recorrido. Cruzamos la estación de Santa Clara, km 29,6 y situada a 403 m.s.n.m. Raudamente el tren cobra una mayor velocidad que, quizá, contagiado por la aparición del astro rey, permite sentir las primeras sensaciones de un clima seco y agradable. Las localidades de Ñaña, Morón, Chaclacayo se abren paso ante la mole de hierro y tocamos una de las más importantes estaciones del Ferrocarril Central: Chosica, el distrito del sol y de la recreación del visitante limeño nos recibe de par en par. En esa estación, km 54 y a 859 m.s.n.m. hay una parada operativa de breves minutos. Se imparten algunas órdenes y ya empezamos cada vez a subir más y más. El valle roc oso del Rímac se va tornando cada vez más estrecho y ya nos da un toque de alerta de lo que acontecería más adelante. En esos momentos el personal médico del tren hace su aparición para tener un breve contacto con sus ocasionales pasajeros. Saliendo de Chosica, se dejan vislumbrar los clubes campestres, comienzan los pasos a nivel con la Carretera Central, cruces que se constituyen como peligro para el tren, pero que son superados por la gran labor desplegada por el personal de seguridad de la empresa, que a ambos lados hacen parar el tránsito carretero y esto se repetirá hasta el punto culminante en Huancayo.Nos aproximamos al primer túnel de la ruta, de los 69 que existen en todo el trayecto ferroviario. Es el momento que acudo presuroso para decirlo por el circuito de audio interno, y eso contagia de felicidad a las decenas de turistas al saber que es un pequeño avance de esta aventura hacia el corazón del Perú. Es el túnel conocido como Purhuay, ubicado en el km 65,9 y en cuanto a su longitud es el cuarto de la ruta con 482 metros de extensión.El tren está muy próximo a llegar a un lugar característico y conocido para muchos, la estación de Tornamesa en San Bartolomé, km 76 (1,513 m.s.n.m.). Aquí la locomotora se posa en una plataforma giratoria y a puro punche es volteada manualmente por el personal operativo de la empresa en un giro de 180grados. Luego de esta operación, la locomotora se sitúa en la parte opuesta del tren. Estamos ad portas de que comience el espectáculo del Ferrocarril Más Alto del Mundo!!! Este lugar es aprovechado por numerosos pasajeros para fotos del recuerdo. Ahora sí y de verdad empezamos a trepar la cordillera y la máquina se abre paso a través de las famosas plantaciones de tuna, fruta muy codiciada en el verano limeño y para los productos cosméticos. Se ven los primeros paisajes llenos de un encanto primaveral, que indudablemente, causan asombro ante el más incauto de los pasajeros. En pocos minutos hemos trepado alrededor de unos 200 metros de altitud, y desde lo alto divisamos una y otra vez la estación de Tornamesa. Los autos y otros vehículos parecen ser de juguete debido a la altura tomada. Empiezan más consecutivamente los túneles a medida que ascendemos. Nos aproximamos al famoso puente o viaducto de Carrión, antes conocido como Verrugas, hoy llamado así en honor del mártir de la Medicina Peruana, dicho sea de paso el puente más luengo del ferrocarril con sus 218 metros de extensión, situado en el km 84 y a 1,800 m.s.n.m. Las primeras muestras de admiración fluyen en todos los coches y los flashes de las cámaras fotográficas hacen un eco de clip, clip, clip...Las filmadoras también hacen un trabajo similar. Esas benditas imágenes servirán para trasmitir a otras personas la magnitud, majestuosidad y la belleza del Ferrocarril Central. El sol sigue muy fuerte y el clima excesivamente seco. Es el típico clima de la sierra limeña. El cielo denota un indescriptible color añil muy característico de esas alturas. Llegamos al túnel Pdte. José Balta, magnánima obra ejecutada por profesionales peruanos hace tan solo 20 años para contrarrestar la furia de la naturaleza: los huaicos. Ese túnel ubicado en el km 94, es el más largo del ferrocarril con sus 1,375 metros de extensión y en su interior es la guarida preferida de muchos murciélagos. Tiene una forma de 8 y nos mantendrá en plena oscuridad por espacio de 4 minutos. Al salir por la boca opuesta hemos trepado ya a los 2,200 m.s.n.m. Ya los relojes marcan las 10 de la mañana, un registro muy bueno para los actuales momentos. En cuestión de instantes arribamos a la estación de Matucana, capital de la provincia de Huarochirí, km 103 y a 2,389 m.s.n.m. Ya nos ubicamos en la mitad de la altitud que trepa el tren en su punto más alto. Aquí hay una breve parada, cuando algunas vivanderas ofrecen algunos alimentos típicos de este pueblo por las ventanillas de los coches.Seguimos avanzando, y el personal de Frecuencia Latina – Canal 2 TV, continúa con su reportaje dentro del tren, así como otros profesionales de la misma televisora ubicados en puntos estratégicos de la vía. Muy pronto ya comenzamos a sentir la sequedad de nuestras gargantas, así como las características marcas rojizas de nuestros pómulos. Llegamos a los primeros vestigios mineros, en una zona llamada como Tambo de Viso, km 110, lugar en donde se localiza el primer zigzag de la ruta de los 6 que salvaremos. El zigzag es una técnica ferroviaria en forma de “Z” que le permite retroceder al tren pero ganando altura. Es la única forma de poder ascender a este medio -el tren- en una zona muy inaccesible, porque de otra forma sería imposible.Así vamos dejando una estela de recuerdos y de paisajes inolvidables. Los precipicios y abismos cada vez se hacen más continuos e inseparables. Los cambios de posición de pasar de una ladera a otra son muy característicos. Ya estamos por San Mateo, km 126,5 y a 3,215 m.s.n.m. A gran altura podemos ver ese pintoresco pueblo muy característico de la zona, que tomó gran importancia y popularidad cuando una popular agua de mesa adoptó su mismo nombre.Estamos a 3 km del punto más nostálgico, romántico, recordado y querido por todos los que participamos en esta travesía: el famoso paso del INFIERNILLO de 62 metros de extensión, ubicado en el km 129,5 y a 3,300 m.s.n.m.. El puente es muy pequeño y de difícil instalación allá por el lejano año de 1908; por ello es que ha cobrado notoriedad y encierra un montón de añoranzas y un fuerte legado histórico para todos los ferroviarios. Orgulloso puente que se abre paso en un profundo cañón como que si se hubiese cortado a pico, con dos túneles silbándose el uno del otro, como diciendo que se de paso a su majestad el tren. Son unos breves segundos en los que gozamos de esta joya de la ingeniería mundial y con eso, ya el pasaje en tren está pagado!!! Huelgan los comentarios!!! Algo más, ni siquiera las hord as asesinas del terrorismo pudieron derribarlo, en las 4 veces que se atentó contra esa famosa estructura de hierro, conocido como “El Infiernillo”.De pronto ya estamos por Río Blanco una zona muy agradable para el camping y para el deporte de aventura. Las aguas cristalinas de este río permiten alimentar el alicaído torrente del río Rímac. Seguimos ascendiendo y llegamos al zigzag más largo de la ruta ubicado en Chicla, km 141 y a 3,773 m.s.n.m. Desde ese punto retrocederemos alrededor de unos 12 minutos para llegar al km 145 y lograr trepar alrededor de 300 metros. Aquí la máquina diesel empieza a sufrir y no es para menos. Tenemos que hacer un giro en forma de herradura y terminando esta operación, divisamos desde lo alto la sensación de un profundo vértigo. Increíble, esto solo lo tiene el Ferrocarril Central y es adrenalina pura.Ya entramos a la región más inhóspita de la vía férrea, estamos muy próximos a llegar a Casapalca en un buen tiempo, un asiento minero triste como todos los que existen en la sierra central. Ya es el km 154 y nos ubicamos a 4,154 m.s.n.m. Empieza a soplar por este sector un vientecillo helado que, no hace más que avisar o presagiar, que en contados minutos llegaremos hacia la parte más abrupta e insospechada del recorrido. Los primeros síntomas del soroche mortifican a algunos pasajeros, y eso nos da un toque de alerta a toda la tripulación. Hay que estar precavidos para cualquier contingencia, y es el momento en que tenemos que actuar muy rápidamente.Llegamos a la estación de Chinchán, km 160 y ubicada a 4,360 m.s.n.m. Ya son 11 km los que nos separan de Ticlio y empieza el ascenso final. En un recodo de un profundo abismo divisamos desde lo alto a Casapalca. Estamos por pasar el último puente ubicado en el departamento de Lima, antes denominado Van Brooklyn, hoy llamado Ernesto Copello en recuerdo de un ex trabajador ferroviario. En menos de 6 minutos lograremos pasar los últimos 8 túneles de la parte más alta del trayecto. Aquí, ya en los 4,600 m.s.n.m., se logran salvar los abismos más profundos de la vía, que varían desde los 250 a 300 metros. La Carretera Central queda reducida a su más mínima expresión, por donde transitan minúsculos vehículos. Aparecen los primeros nevados de Ticlio y a lo lejos se logra apreciar el nevado Meiggs, punto más alto de esa zona, llamado así en honor al norteamericano que financió la obra cumbre del Ferrocarril Central. En su cima está colocada la bandera peruana como símbolo de que el hombre venció a la inaccesible y difícil geografía central del Perú.Continuando con el viaje llegamos al segundo túnel más largo del ferrocarril y abandonamos el departamento de Lima. Socavón conocido como Galera, km 171 y de 1,177 metros de extensión. Su nombre se debe a que está construido dentro de las mismas entrañas de los Andes, y terminado el túnel ya nos encontramos en el departamento de Junín y en la estación de Galera -la más alta del mundo ferrocarrilero-, km 172,7 y a 4,782 m.s.n.m., punto en donde muchos pasajeros bajan de sus coches, para gozar de un bello espectáculo que es contagiado por las perpetuas nieves que rodean este sector.Luego de unos 10 minutos en la estación de Galera, personal de la empresa da la voz de alerta a los pasajeros, que es hora ya de dejar ese punto geográfico. Ahora comienza el descenso. Desde ese punto hasta Huancayo bajaremos alrededor de 1,600 metros de altitud. Algunos pasajeros ya se sienten más relajados al ser solícitamente atendidos cuando les sobrevino el mal de altura, a otros -inevitablemente- les chocará en el descenso.Ya siendo la 1 de la tarde se siente un poco de hambre, cuando se empiezan a repartir los primeros almuerzos anteladamente pedidos a los mozos y mozas del tren. La cocina del coche buffet tiene que actuar rápido ante las decenas de pedidos y que duda cabe que eso también constituye un récord en el Ferrocarril Central. Alimentar a casi 300 pasajeros no es una tarea fácil y basta ver el trabajo de los cocineros en un ambiente muy reducido que digamos. Ricos y apetitosos platos son transportados a cada coche, atiborrándose sabrosos manjares sobre las pequeñas mesitas, y por supuesto, se da rienda suelta a los deseos culinarios de los turistas.Siendo las 2 y media de la tarde, hacemos nuestra victoriosa entrada a la estratégica estación de La Oroya, km 222 del ferrocarril y a 3,726 m.s.n.m. Lugar lúgubre, muy gris y triste para el viajero. Aquí la ecología ha sido desplazada por la contaminación, y un claro ejemplo son los cerros y alrededores que la circundan. En La Oroya tenemos una parada operativa. Hay que recomponer algunos datos, cifras, tiempos y es el cambio normal de locomotora. Ya no se necesita una de muchos caballos de fuerza. Ahora el recorrido hasta Huancayo será más o menos plano, y en esta última parte nos jalará una locomotora Alco (norteamericana) adquirida en 1963, pero que todavía sirve para estos difíciles avatares ferroviarios.Siendo casi 15 para las tres de una tarde soleada, ya el aroma huancaíno nos está esperando con todo su alegre folclor. El río Mantaro hace su aparición, con un color que a cualquiera espanta y preocupa. Su color es un síntoma característico de que la contaminación está por todos lados. ¿Qué hacer? Parece ser que eso ya es letra muerta. Mientras tanto nos vamos acercando al anchuroso y opimo Valle del Mantaro. Ya es el Km 299 y Jauja, la primera capital del Perú, nos da la bienvenida con una escultural virgen colocada al ingreso de la ciudad. Desde Jauja nos acompañará el Valle del Mantaro que se abre cual abanico, y nos muestra a ambos lados del tren, del que por qué se constituye como la principal y estratégica despensa de productos agrícolas para la Capital de la República.Falta una hora para la llegada y ya en el interior de los coches se respira con mayor tranquilidad. Huancayo cada vez está más cerca y el paso del tren es recibido con sucesivos saludos cordiales por los campesinos y por numerosos grupos de niños ubicados a la vera de la ruta, actitud que es correspondida gratamente desde el tren. Inesperadamente nos detenemos en el distrito de San Jerónimo de Tunán a 15 km del punto final, siendo las 5 y 15 de la tarde, debido a un execrable atentado de sus autoridades locales al colocar sobre la misma vía del tren un montículo de desmonte, cosa que fue contrarrestada por personal de la empresa. Hay que decir que la seguridad es un fiel reflejo cuando sale un tren de pasajeros. Cinco minutos antes un carrito motor o autovía va abriendo paso al tren en caso de algún incidente en la vía. Cualquier inconveniente de inmediato es comunicado a la tripulación de la locomotora, cosa que sucedió en esa ocasión.Después de mucho tiempo el tren logra coronar de día su impactante entrada al corazón de Huancayo, cuando ya son las 5 y 40 de la tarde. Lamentablemente por ese anterior impase se perdieron valiosos minutos, pero eso no fue óbice para las muestras de júbilo que resaltaban en todas las mejillas de los turistas por la epopéyica jornada ferroviaria.Huancayo, km 346 y a 3,261 m.s.n.m., nos recibía nuevamente y nos decía: HUANCAYO, AQUICITO NOMÁS!!! y para mí fue otro acontecimiento notable dentro de toda mi vida pegada al mundo de los rieles, de los fierros, de las locomotoras, de los trenes, de los recuerdos y un sinfín de añoranzas y vivencias que todavía creo recordar desde mi primera aventura por tren, cuando era operado el Ferrocarril Central por la Peruvian Corporation, allá por la lejana década de los 60s’. Y qué duda cabe: parece que fue ayer!!! (Vistas del maravilloso viaje realizado por Koki Celaya EL Hombre Tren, el pasado mes)

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